Cuando una persona afronta un proceso judicial, puede contar con el asesoramiento de expertos que le acompañan en el camino. El abogado y el procurador son dos de los perfiles más conocidos. Profesionales especializados que forman un buen equipo, aunque realizan funciones diferentes. El procurador es el profesional que tiene la capacidad de representar al cliente particular en el juzgado (cuando este le ha autorizado para tal fin). ¿Cuáles son los motivos para contratar sus servicios?
1. Evitar posibles retrasos en el proceso
La meta final puede posponerse en el tiempo si no se gestionan los trámites con la debida puntualidad. Existen plazos que hay que atender. El procurador se encarga de realizar las gestiones previstas en el momento exacto.
2. Apoyo emocional
El procurador es un experto en el campo del Derecho Procesal. Y, por tanto, conoce las normas y características de los procedimientos legales. Procedimientos que pueden resultar complejos para el cliente particular que desconoce algunos de los conceptos técnicos utilizados. La labor del procurador muestra la excelencia en el campo jurídico. Pero, desde el punto de vista humano, es una persona que pone en práctica su inteligencia emocional en el trabajo diario. Acompaña al cliente al que representa en un momento significativo de su vida. Y dicho acompañamiento aporta confianza, resiliencia, motivación y optimismo.
3. Realiza un óptimo seguimiento del caso
Desde el momento en el que comienza un proceso, hasta que se establece una resolución, existe un periodo de tiempo. Y es esencial realizar un óptimo seguimiento de la información relativa al caso. Por ello, el procurador es un perfil que mantiene una comunicación directa con el Juzgado. Y, desde su posición, realiza una labor de mediación. Informa al cliente y al abogado de las novedades que deben conocer respecto al estado del litigio. Un trabajo de equipo que influye positivamente en la defensa de los derechos del implicado.
4. Evita que el cliente tenga que personarse constantemente ante cada requerimiento
A lo largo de un proceso se producen diferentes notificaciones. La realidad del caso afecta de forma directa al cliente particular. Es él quien ocupa un papel protagonista en la historia. Sin embargo, el procurador desempeña un papel de representación. De este modo, el cliente no tiene que asistir constantemente al juzgado para conocer las novedades relativas a la evolución del caso. Es el procurador quien actúa en su nombre. Por tanto, puede centrarse en otras tareas del día a día, mientras delega esas cuestiones en el experto.
5. Redactar un escrito para presentarlo en el Juzgado
Existen distintos trámites que deben desarrollarse de forma eficiente para evitar errores que pueden estar relacionados con el desconocimiento. La redacción de un escrito, siguiendo el protocolo indicado en cada caso, es clave para agilizar el proceso. La labor del experto es esencial para elaborar un documento que cumple con su cometido final.
6. Un trabajo que está alineado con un código deontológico
¿Cuál es la base del vínculo de confianza que existe entre el procurador y el cliente? El profesional se compromete con el cumplimiento de los principios y valores del código deontológico. Es decir, la ética es una inspiración constante para quien busca la excelencia en el trabajo diario. Cuida de forma responsable la información a la que tiene acceso a través de su cargo. Y cumple con los establecido en la ley de protección de datos.
Por tanto, existen muchos motivos por los que contratar un procurador es una excelente idea.
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